Hoy un buen amigo mío ha ganado. Ha conseguido un reconocimiento que muchos le negaban, que merece en todo su grandilocuente esplendor y que no hace sino confirmar la huella que ha dejado en uno de los microcosmos sociales que más aprecio.
Valió la pena luchar, valió la pena resistir, y sobre todo, valió la pena creer. Creer que lo que se hacía podía mejorarse, que no era suficiente. Valió la pena disfrutar y contagiar la pasión que alguien como él nunca debe perder.
Todos te lo agradecemos. Yo el que más.
¡Felicidades Alex!
Los próximos 4 y 5 de Diciembre, en Les Cotxeres de Sants de Barcelona, se celebran las IV Jornadas Ayudar Jugando, unas jornadas roleras solidarias cuya recaudación va destinada integramente a la campaña Un niño, un juguete. Habrán partidas de rol a mansalva, softcombat, juegos de mesa, juegos de cartas, tienda solidaria... Mil cosas para que disfrutéis ayudando a los menos favorecidos, sin olvidarnos de la Subasta Final.
El año pasado se recaudaron casi 3000 . Este año hay que superarse, así que os quiero ver a todos allí, freaks o no, todos juntos divirtiéndonos y jugando por la sonrisa de un niño. No lo olvidéis.
¡Solidarizaos, Malditos!
Desde hace unos días me encuentro asediado por mil preocupaciones. Algunas más importantes que otras, que si bien por separado no me quitan el sueño, todas juntas me crispan un poco los nervios.
No voy a diseccionar mis problemas y mucho menos mi estado de ánimo, lo que sí que destacaré es que esta última semana he estado de un humor, digamos, variable. Suelo ser una persona bastante alegre, y cuando estoy de capa caída se me nota al instante -al menos lo notan los que me conocen-. Pero ayer por la tarde me encontraba bastante chafado, dándole vueltas a todo en mi cabeza mientras ultimaba unos planillos de entregas bastante complejos. Afortunadamente, Rita pasó a visitarnos por la redacción, lo que me proporcionó la excusa perfecta para tomarme un descanso.
Al poco tiempo de estar hablando con ella, me dijo que no me veía buena cara, que si estaba depre. Le conté un poco por encima mis devaneos (nada que no supiera previamente), y me sorprendió su actitud: en lugar de compadecerme, de darme soluciones o de mantener un silencio incómodo, me interrumpió con un golpecito en el mentón mientras me decía que no tenía que preocuparme, que todo saldría bien.
Inmediatamente me sentí mejor.
Si, ya sé que todo se arreglará y que en el fondo lo mío no son sino nimiedades, pero a veces es necesario que alguien te diga que todo va a salir bien.
Para entender este post es necesario remontarnos unos cuantos años en el tiempo, concretamente unos 15. El día 14 de Mayo de 1989, entre horribles alaridos de su madre, nacía en Barcelona Daniel Gutiérrez Lorda, más conocido a partir de ahora como mi primo. En la familia es el ser de edad más cercana a la mía (y eso que nos llevamos 8 años), y desde pequeños hemos estado muy unidos.
Siempre ha sido un terremoto, incansable e imparable. Una vez, contando sólo con tres años, me abrió la cabeza con una jarra a traición por que un servidor prefería ver Los Cañones de Navarone (la primera vez que la vi debía tener unos 7 años, y desde entonces intento verla siempre al menos una vez cada año) en lugar del Club Super 3. Vamos, un energúmeno en toda regla. Pues bien, entre energúmenos ha andado siempre el juego, ya que en muchos aspectos somos como dos gotas de agua (excepto en el físico: él está mucho más bueno que yo).
Fui yo quien le enseñó lo que eran los videojuegos, el que le pasaba material zambombero, etc. Le llevé a ver Juez Dredd y Mortal Kombat al cine cuando sólo contaba con 7 años, y actualmente, aunque sus progenitores no le dejan ver pelis ni juegos poco recomendables, ¿adivinad quien se las pasa? Le enseñé lo que era el Heavy, rescatándole de los 40 Principales y convirtiéndole en adepto de grupos como Led Zeppelin, Hammerfall, Nightwish, Sonata Arctica, Black Sabbath, etc. actualmente es bastante mas heavyata que yo-. A pesar de mi influencia, ha sido siempre un terremoto cariñoso, afable y con una fuerte personalidad. Nos queremos mucho, tanto que, contando él con 15 años y yo con 23 me sigue reclamando un beso cada vez que nos vemos.
Sin todo esto es difícil de entender mis sentimientos cuando, llegado su último aniversario, le prometí que en cuando viniera un grupo que le gustara yo le pagaría la entrada y le acompañaría al concierto. Tres meses después se anunciaba a bombo y platillo un concierto conjunto de Nightwish y Sonata Arctica, dos grupos que ocupan la primera y segunda plaza en su ranking particular de devoción.
Le dije que en cuanto cobrara compraría las entradas, pero, debido a otros gastos de importancia capital, cuando pude disponer de dinero suficiente las entradas se habían agotado. Me sentí fatal, como una mierda. A pesar de que vistas las circunstancias mi primo lo entendió, no pudo evitar estar decepcionado. Jamás me había sentido tan mal. Había faltado a una promesa, y es más, le había fallado a mi primo. Busqué por todas partes: tiendas, internet, reventa... Incluso amenacé y supliqué a algunos amigos para que me vendieran la suya. Nada. Le prometí con le conseguiría entradas para cualquier otro concierto que quisiera, pero no iba a haber ninguno como este en mucho tiempo. Me dolió mucho fallarle.
Pero, hoy al mediodía, al salir a comer con mi jefe, hemos pasado por la FNAC con ganas de dilapidar una pequeña parte de nuestro salario en CDs y cómics. Al salir me he quedado con cara de mero cuando he visto que, debido a un cambio de local (decidido hace apenas una semana), ¡han puesto a la venta más entradas! Sin dudarlo he comprado los tickets, me he quedado sin un puñetero duro (de hecho, le debo 12 a mi jefe, que es un amor), pero estoy más contento que nunca. No quería fallarle, y no lo he hecho. Mañana a las 8 de la tarde estaremos los dos en la Vall dHebrón vibrando con los solos de guitarra, las voces y la increíble instrumentalización de la que hacen gala estos dos grandes grupos.
Sigo teniendo suerte.