Ayer tuve el inmenso placer de disfrutar de un increíble concierto de Enrique Bunbury en el bello Palau de la Música de Barcelona, un escenario tan inusual como especial.
Podría contaros paso a paso, nota a nota, canción a canción lo que sucedió tras las paredes del Palau, la fuerza, la energía, el talento y el carisma que derrochan el cantante aragonés y su banda, el Pequeño Huracán Ambulante. Intentaría relatar las anécdotas, el homenaje a Marlon Brando y todo lo que sucedió allí.
Pero, por causas que ahora no vienen a cuento, no me apetece nada.
Quizás lo haga en unas horitas, o quizás pase de todo.
Perdón por el tono melodramático, pero ahora mismo no me sale otro.